Entre las pocas novedades en mi vida aquí (no he viajado, solo trabajo y los típicos paseos por la ciudad, nada reseñable) y que acabo de empezar un doctorado, lo que me quita esa parte del tiempo que dedicaba a escribir mis artículos sobre China, la verdad es que esto está un poco parado. Es por ello por lo que quiero aprovechar una actividad que he hecho estos días con algunos de mis alumnos para hacer que el blog recupere su actividad.
En la universidad donde trabajo imparto tres asignaturas: “Cultura y negocios” y “Literatura” con los alumnos de 3º curso y “Español Oral” con los de 2º. Ha sido con los de 2º curso con los que, aprovechando que estábamos dando un tema relacionado con el cine, he organizado un pequeño certamen de cortos. Tomando como referencia el trabajo de mi hermano en otra universidad china, de la que habla en esta entrada: http://pasamesachina.blogspot.com/2013/06/luces-camaras-accion.html, decidí probar la actividad con mis alumnos, y los resultados fueron mejores de lo que esperaba, teniendo en cuenta que solo llevan un año y medio aprendiendo español.
De los alumnos chinos siempre se dice que son muy callados en clase y que participan bastante poco, debido al miedo que tienen a “perder la cara” y a hacerlo mal, quedando en ridículo delante de sus compañeros. Este es un tópico cultural con el que me topé en mis primeras clases aquí y que poco a poco he intentando eliminar de mis clases, gracias sobre todo a actividades como las de la realización del corto, con la que “obligo” a que pierdan esa vergüenza y se atrevan a usar el español en su máximo exponente.
Para salvaguardar la privacidad de mis alumnos, y porque los jóvenes chinos cada vez más están usando conexiones VPN con las que pueden entrar en Facebook, Youtube…, solo voy a compartir uno de los cortos en los que no aparece el rostro de ninguno de ellos, solo la voz de una chica contando una historia. Otro de los motivos por los que lo comparto es porque se hace una reflexión en él que me sorprende bastante, ya que en este corto se hace una crítica sobre el uso de los “smartphone” en la sociedad. La sociedad china, en general, no se caracteriza precisamente por hacer críticas de este tipo, sino más bien por usar el móvil sin más, sin importar que estés cenando con tu pareja y no le hables en toda la noche. Desafortunadamente esto es algo que no solo se da en China, sino también cada vez más en sociedades como la española, y es que el uso continuado de estos aparatos nos vuelve a todos cada vez más dependientes y más “tontos” en general, por qué no decirlo.
La verdad es que Paco, el guionista del corto, con sus fallos gramaticales típicos de este nivel (hay que recordar que este es solo el tercer semestre que estudia español), invita a hacer una reflexión no solo a sus compañeros, sino también a todos nosotros.
Para los profesores interesados en hacer una actividad de este tipo, mi planificación fue la siguiente: una clase para explicar la dinámica y para que fuesen empezando a escribir el guion, otra clase para que explicaran de qué iba el corto y hacer pequeñas representaciones a modo de trailer y una tercera clase para visualizar los cortos y votar por el mejor corto y el mejor actor. Además de estos dos premios otorgué premios para el mejor guion original y el mejor uso del español. Al corto de arriba le di el premio al mejor guion original, con total merecimiento. Por otra parte, el departamento se lo va a currar y va a regalar libros a los alumnos, aunque yo ya compré algunos detalles para los ganadores.
En esta entrada no voy a hablar de nada más, solo invitar a todos mis colegas de profesión que trabajen en China a que destierren los tópicos típicos, a que abandonen por un momento el libro, que tan sagrado se considera en China, y que hagan actividades de este tipo con sus alumnos; seguro que se llevan más de una sorpresa, al igual que me ha pasado a mí (la verdad es que esperaba encontrarme con menos nivel y con cortos más “sosos”).
«El hombre que no sabe sonreír no debe abrir la tienda.»