Uno de los aspectos de mi vida en China que más me está llamando la atención, y para bien, es el precio de la vida aquí. Justamente ahora vengo de almorzar en el comedor del campus por la friolera de 10 yuanes, algo más de 1 euro, y porque hoy me ha dado por ser más derrochador; lo más común es pagar entre 6 y 8 yuanes. El cambio actual es de 1 euro = 6.5 yuanes más o menos, así que imaginaos lo poco que puedo gastar en comer. Además, el comedor no está nada mal; ofrecen una gran y buena diversidad de platos: arroz y noodles con multitud de ingredientes a elegir, pinchitos de diversa y sabrosa carne, bollos de un pan de pita típico de aquí con ingredientes a elegir (para cuando te apetece más bien una “merienda – cena”)… En definitiva, que siempre me pongo como el Quico, y por muy poco.
Pero no todo es comer en la cantina. Algunos días apetece salir fuera y degustar, por ejemplo, la famosa comida de Sichuan, de la que hablé en la entrada anterior. Los restaurantes de los alrededores del campus son algo más caros, pero no dejan de ser económicos; ayer, sin ir más lejos, fuimos a comer con algunos profesores extranjeros (un checo, un alemán y un indio) y salimos a unos 20 yuanes por cabeza (algo más de 3 euros) con las cervezas incluidas.
En cuanto a los supermercados, excepto el caso curioso de la leche, que cuesta un poco más que en España (no sé el motivo, ya me informaré), para el resto de productos noto que la compra me sale bastante más barata de lo que me podría salir en España. Ya expondré una lista de precios básicos cuando investigue un poco más, pero calcularía que, sin exagerar, aquí estoy pagando casi la mitad por cada compra. Hay algunos productos que se echan en falta, como el aceite de oliva, pero siempre puedes comprarlo por Internet. Además, quién quiere aceite de oliva cuando tienes «Arawana»:
Es decir, si tienes una mentalidad ahorradora, en China puedes ahorrar bastante dinero si te lo planteas. Cuando mi hermano me contaba las cantidades que podía ahorrar por mes pensaba que exageraba un poco, pero ahora ya entiendo cómo es capaz de pegarse esos viajes que se pega todos los años. Además, aquí suelen pagar bien a los profesores. No entraré en detalles, pero teniendo en cuenta que tengo el piso pagado no se me ocurren otras maneras de gastar grandes cantidades de dinero, además de en viajes, claro. Bueno, tenemos una sala de billar cerca del piso, pero sale a 12 yuanes la hora (unos 2 euros), mientras que en España pagaba 1 o 2 euros por cada partida, así que el dinero no se me va ni en esas pequeñas aficiones; ni el tabaco sale caro (y yo apenas fumo).
Ahora bien, si quieres pasar todos los fines de semana en el centro de Xi’an yendo al Starbucks, saliendo de marcha y bebiendo copas, el panorama se torna diferente. El fin de semana que pasamos en Xi’an pasamos por un Starbucks el día en el que volvíamos al campus, ya que pasamos por la puerta y nos encaprichamos de un café grande con su buen dulce. Nada menos que 30 yuanes creo recordar que pagamos, lo equivalente a unas 4 comidas en el comedor… Es decir, que si en China quieres seguir manteniendo algunos “vicios occidentales” lo puedes hacer, pero solo a modo de capricho si quieres seguir ahorrando; aquí todo lo que tiene pinta de occidental, como Starbucks y derivados, te va a salir igual de caro en París, así que hay que “achinarse” un poco, algo que al menos a mí no me molesta, es más, entre mi termo de agua caliente y comerme los noodles sorbiendo el plato estoy hecho todo un chino.
Pero, ¿sabéis que os digo? Que este fin de semana o el otro quizá me tome un buen copazo en Xi’an, que a veces hay que recordar de dónde venimos.
Zài jiàn! 再见